Wednesday, March 24, 2010

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Hoy les voy a hablar de mi enfermera, ese tipo de personas que llevan la inteligencia emocional a la práctica, que te reciben con una sonrisa que te hacen sentir familiar aunque sea un lugar donde realmente eres un extranjero, ella tiene la facultad de hacerte sentir como si te conociera de toda la vida. Realmente no me acuerdo de su nombre, cosa bastante común en mi, pero sé que todas las veces que nos hemos visto, y ya hace mas de un año que nos conocemos, me ha hecho sentir como si nos conociéramos de toda la vida.

Muchas veces me acuerdo del principio del libro de Goleman donde contaba que una persona subía a un autobús a primera hora de la mañana y en función de cómo te recibiera el conductor, podía cambiar radicalmente el ritmo de tu día, deseándote un feliz día y diciéndote (sin palabras) que eras especial. Creo que en el fondo todos necesitamos creer que somos especiales.

Desde que vivo en USA me he dado cuenta que ésta es una de las estrategias de marketing mas utilizadas. Cuando vas a comprar al supermercado o a una tienda, los dependientes intentan hacerte sentir especial, único. Si lo analizas y lo piensas, tan solo es hipocresía, una estrategia de marketing. Pero si puedes no ir más allá y sientes lo que en ese momento te evoca, es una gran estrategia.

Mi enfermera es lo que utiliza, te hace sentir una persona no un número. Me gusta mi enfermera. Empezó regalándome su música, compartiendo sus aficiones y explicándome su gran amor por Antonio Banderas (imaginar la cara que se me queda a mi cuando sale con alguna de estas), pero la verdad es que mas allá de los juicios que no sirven para nada, está la persona y creo que la persona merece la pena o al menos está haciendo muy bien su trabajo.

Volviendo a la inteligencia emocional, creo que la tenemos en la cabeza pero solo a nivel teórico, y algunas veces nos esforzamos para llevarla al nivel práctico. Quizás deberíamos intentar ser un poco más prácticos y menos teóricos, haciendo de nuestro día a día un ejemplo del que Goleman pueda beber y empezar otra de sus teorías, quizás teorías que son necesarias en los tiempos que vivimos. Generalmente, nos preocupamos más por la productividad que por vivir la realidad; quizás las teorías son necesarias para darnos cuenta que tenemos de parar, y así es necesaria la vuelta a filosofías neo-hippies, zen y/u orientales. Quizás es que nuestro mundo esta perdiendo todos esos valores, pero quiero pensar que más que perdiendo lo que esta es olvidándolos, dejándolos en una cajita oscura apartada y que sólo queremos abrir cuando las cosas van mal. Por qué no abrimos la caja en nuestro día a día? Por qué no la utilizamos cuando las cosas van bien y la utilizamos como píldoras que solucionan nuestros problemas, nuestros vacíos, cuando nos sentimos perdidos, cuando no sabemos por donde ir; entonces recurrimos a todo esto. Por qué recurrimos a algo que bebe de la simplicidad del mero echo de existir y de reducir la complejidad del día a día en la que nos bañamos y nos tiramos de cabeza, pensando que es lo mejor para nosotros y creyendo que es lo que nos va a salvar la vida, nos va a dar éxitos. Por qué utilizar esas píldoras cuando podían ser nuestro desayuno?


Nos vemos en las nubes.



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